‘Yo si te creo, hermano Rubiales’.-UN TIPO QUE VIVIENDO DEL SISTEMA, SE HA SABIDO OPONER A ÉL

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JOSUÉ CÁRDENAS

En esta vida hay que posicionarse.

Cuando el sistema, interesadamente y con intenciones ideológicas, genera un debate, hay que colocarse en la parte contraria.

Debemos ser la oposición del sistema.

Si Irene Montero nos vende que el cielo es rosa, hay que gritarle a la cara: ¡Es azul joder!

Rubiales se ha convertido para mí, lo que es Obama para el progresismo: una especie de héroe, merecedor de una vitrina en el hueco de los hombres que le echaron un pulso a lo progre.

Como el cometa Halley, cada muchos años, pasa ante nuestros ojos un tipo que frente a lo políticamente correcto, coloca cierta parte de su entrepierna en la mesa y dice: «me los vais a comer».

¡Qué campaña de difamación contra un hombre!

Un tipo que viviendo del sistema, se ha sabido oponer a él.

Un tipo que tenía muy fácil claudicar ante la SERLa Sexta, el Ministerio de Igualdad… pero escogió ser la esperanza para muchos que todavía detestamos el feminismo radical, que estamos cansados de tener que decir lo que nos imponen los ciclos menstruales de Irene Montero.

Novak Djokovik fue un ejemplo.

Rubiales, el antaño amigo de Sánchez, el lector impenitente de ese panfleto titulado ‘Manual de Resistencia‘,  también lo es.

El feminismo de pacotilla nos trata de vender varios mantras con tremendos defectos de fábrica, por no decir que son burdas mentiras sólo abrazadas por hombres con demasiados estrógenos o mujeres con demasiados complejos.

  • 1. La mujer tiene la razón siempre. Si eres hombre cállate. No tienes nada que decir, salvo para dar la razón a locas que llevan sus traumas al BOE, a la televisión y hasta a la sopa.
  • 2. El consentimiento da igual. Si eres patriarcal, da igual la realidad. Lo importante es el relato. Si conviene que seas un machista entonces da igual lo sucedido. Si hay consemiento pero la izquierda te impone que no, tragas y asumes que has sido violada.
  • 3. Un piquito, un toque en el culo, una doble penetración y 17 perforaciones a la fuerza en un portal, son lo mismo. Exactamente lo mismo. Todo es violación, violencia sexual, abuso, machismo, intimidación. Es lo mismo dejar pasar a una dama y que cinco magrebíes violen a una chica en unas fiestas. Ah no, lo de los magrebíes es mucho menos por la nacionalidad de los implicados.
  • 4. Las mujeres son víctimas siempre. Los hombres son potenciales asesinos. Aunque la mujer tenga querencia por el hombre violento, su relato consiste en victimizarse y culpar al varón por todos sus males. Da igual que los hombres mueran en accidente laboral, en la guerra, o asesinados en mucho mayor porcentaje que las mujeres. Da igual que lo de la brecha salarial o lo del techo de cristal sea una filfa. Da igual que los hombres hayan vivido toda nuestra historia protegiendo y velando por las mujeres. Da igual tú eres malo y ellas serán siempre buenas.

Rubiales se ha atrevido a desmontar estos mantras. Por eso le apoyo.

Sé que tiene estrecha, amistosa y pringosa relación con el PSOE y con Sánchez.

Sé que alguien de derechas nunca se hubiera atrevido a actuar así.

Hubiese reaccionado a lo Cuca Gamarra o como algún acólito.

Sé que no me caía bien pero ante el ultraje, ante el señalamiento y ante la jauría feminista, Rubiales, tranquilo, yo sí te creo hermano

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