Don Felipe, después de la campaña de acoso y derribo a Luis Rubiales, los socialistas, comunistas, etarras y separatistas van a por Su Majestad.

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CARLOS AURELIO CALDITO AUNIÓN

Quienes hemos sido víctimas de acoso, de hostigamiento durante la infancia, la adolescencia, la juventud y la adultez, quien ha sido violentado cuando cursaba estudios primarios, o en un internado; o en la adolescencia y juventud, cuando cursaba secundaria, o en el servicio militar, o en algún colegio mayor o residencia universitaria, o en el trabajo, o en la vecindad; quien ha sido víctima de bullying, o de mobbing, blocking, o de escraches, o cuantos neologismos deseen ustedes utilizar respecto de la conducta violenta, vejatoria, humillante, etc. de la que hacen uso los psicópatas y sociópatas; sabemos que el linchamiento que se ha llevado a cabo contra el presidente de la Federación Española de Fútbol ha sido premeditado, alevoso y de forma inmerecida, por muy poco edificante y ejemplar que sea la conducta y la trayectoria de Luis Rubiales como presidente del fútbol español.

Si algo ha quedado probado durante los días transcurridos desde el famoso beso que, aunque los medios de información, creadores de opinión y manipulación de masas españoles le han dado una especial relevancia, en el extranjero ha pasado tan desapercibido como el éxito de la selección española femenina de fútbol consiguiendo el campeonato mundial; es que la izquierda junto con los furcios y furcias mediáticos que actúan siguiendo sus instrucciones (para eso les pagan) son capaces de eliminar sin contemplaciones a quien ose rechistarles y que gozan de instrumentos suficientes y son hábiles utilizándolos para condenar a quien sea objeto de su odio al ostracismo.

La progresía española ha realizado una demostración de la fuerza de la que es capaz, ha hecho ostentación, ha alardeado, se ha jactado públicamente, ha exhibido de forma clara y rotunda, para que no quepan dudas, su enorme poder; ha dejado constancia de terrible, por ser enorme, capacidad de influencia. Y lo peor de todo es que, al mismo tiempo, ha demostrado (aunque ya muchos los sabíamos), también por si alguien aún no lo tenía claro, que en España no existe oposición a quienes se hacen llamar progresistas. La izquierda, los socialistas, comunistas, etarras y separatistas han dado un aviso claro y sin rodeos acerca de quiénes mandan en España y de las consecuencias que pueden acarrearles a quienes se les ocurra no obedecerles y no adoptar una actitud sumisa, servil, etc.

Sin duda, conscientes de su terrible poder, están enviándole un mensaje a Su Majestad, el Rey de España, respecto de hasta dónde son capaces de llegar, si tras el anunciado fracaso del intento de investidura, para que Alberto Núñez Feijoo presida el Gobierno de España durante la legislatura que acaba de echar a andar, Don Felipe VI no se pliega a sus deseos e impide mediante algún resorte legal que los enemigos de España y de la Monarquía Parlamentaria, y de la Constitución Española de 1978 se hagan nuevamente con el Gobierno.

Al abajo firmante no le caben dudas de que la cruel y terribilísima campaña de acoso contra Luis Rubiales, por haberle «robado un beso» a una futbolista de nombre Jennifer, es un ensayo, además de demostración de lo que son capaces, una advertencia clara a nuestro Rey…

Ante la ya segura negativa del Congreso de los Diputados de dar su apoyo a Alberto Núñez Feijoo, Don Felipe está obligado a ejercer de Rey, de Jefe del Estado, asumir las potestades ejecutivas que le conceden la Constitución y las leyes e impedir por todos los medios que Pedro Sánchez y sus secuaces se aúpen a la presidencia del Gobierno y acaben destruyendo nuestra nación, tal como vienen anunciando, sin rodeos, que es su voluntad…

Si Su Majestad así actuara, bien se sabe ya de qué son capaces los delincuentes que se agrupan en torno a Pedro Sánchez y la complicidad segura de los medios de información y de la Fiscalía y demás instituciones, pero también sabe Don Felipe VI que España dispone de mecanismos suficientes: las diversas policías y las fuerzas armadas, para en caso de algarabías, revueltas callejeras, guerrilla urbana, o algo más, además de la posible campaña de acoso e intento de derribo , restablecer el orden legal, con la contundencia que sea necesaria.

Así que, Don Felipe prepárese Su Majestad que vienen tiempos difíciles, no se me achante. Haga Su Majestad ostentación del valor que le supone.

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